miércoles, 5 de diciembre de 2007

EN TORNO A LA EDUCACIÓN

por: Raúl Besoain
Hace algunos días llegó casualmente a mis manos una "Carta a los educadores" que entregó el Presidente de Francia, Nicolás Sarkozy con motivo del inicio del año escolar en ese país el 4 de septiembre. En ella se refiere a una serie de problemas que aquejan a la educación y a la juventud francesa y lo que más llama la atención es la similitud que existe con los problemas que se presentan en nuestro país.
Veamos algunas de sus frases:
"La autoridad de los docentes se ha visto debilitada; la de los padres y de las instituciones también."
No, no estamos hablando de Chile, está hablando de Francia. Sin embargo, al leerlo uno no puede dejar de pensar en este país, en la situación que viven los profesores que en la sala de clases (y fuera de ella) reciben burlas grotescas, agresiones verbales y físicas de los alumnos y no son pocos los que entran con temor al aula. Todo este ambiente influye para que aumenten las licencias médicas y las ausencias por distintos motivos.
"El fracaso escolar ha alcanzado niveles que no son aceptables."
¿Y cómo andamos por casa? A pesar del trabajo arduo de docentes y unidades técnicas de las escuelas y liceos, los resultados en el SIMCE o la PSU no logran remontar, especialmente en los colegios municipales. (Este tema ya lo trató el Dr. Zúñiga en el número anterior).
Pero continuemos con el Presidente Sarkozy:
"Si tantos adolescentes no logran expresar lo que sienten, si tantos jóvenes en nuestro país no logran expresar sus emociones, sus sentimientos, compartirlos, encontrar las palabras del amor o del dolor, si muchos de ellos no logran expresarse sino a través de la agresividad, de la brutalidad, de la violencia, es tal vez porque no se les ha iniciado en la literatura, en la poesía ni en ninguna de las formas de arte que saben expresar lo que el hombre tiene en sí de más emotivo, de más patético, de más trágico."
En este párrafo ya no se queda en la denuncia, sino que busca una explicación, que no es más que una crítica a los planes y programas de estudio, crítica que también podemos trasladar a los nuestros. Los actuales programas de estudio, aprobados con la reforma Educacional en el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, tienden sólo a crear un "homo economicus" y es así como se redujeron las horas de Artes o de Filosofía. Es decir, el arte, la poesía, la reflexión, todo lo que tenga que ver con el desarrollo del espíritu quedó relegado a un segundo plano.
Por último, se dirige directamente a los profesores:
"Sé hasta qué punto este maravilloso oficio de enseñar es exigente, hasta qué punto los obliga a dar mucho de ustedes mismos, hasta qué punto también se ha hecho difícil y a veces ingrato, desde que la violencia entró a la escuela. Tengo conciencia de que su status social, su poder adquisitivo se han degradado a medida que su tarea se hacía más pesada y sus condiciones de trabajo más exigentes. La Nación les debe un reconocimiento mayor, mejores perspectivas de carrera, un mejor nivel de vida, mejores condiciones de trabajo."
Que hermoso sería que nuestras autoridades municipales, parlamentarias y gubernamentales se hicieran eco de este planteamiento del Presidente de Francia. Que verdaderamente tomen conciencia de las necesidades del profesorado y, en este mes en que celebramos el Día del Profesor, se hagan cargo de la deuda que el Estado tiene con sus educadores.

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