La Región Metropolitana ya no puede extenderse más.
Ñuñoa, Providencia, Las Condes rasguñan las nubes con los cientos de edificios que desplazaron a casas construidas en las décadas de los 50 y 60, que hacían de esas comunas lugares amables para vivir.
Por el sur las villas, poblaciones y condominios se aproximan vertiginosamente hacia el puente Maipo.
En San Bernardo ya existen proyectos para urbanizar sitios como sectores del cerro Chena y construir edificios en calle San José con camino Padre Hurtado, lo que significa una mayor concentración de habitantes en una comuna que está sobrepoblada, con los inconvenientes que representa.
Para continuar edificando es necesario tener en consideración algunos aspectos para evitar un colapso y el mayor deterioro del diario vivir.
EL PROCESO DE CRECIMIENTO
Las ciudades desempeñan un papel central en el proceso de desarrollo. Son, en general, lugares productivos que hacen un aporte y proporcionan al crecimiento económico de su nación. Sin embargo, el proceso de crecimiento urbano acarrea a menudo un deterioro de las condiciones ambientales circundantes. Como lugar de crecimiento demográfico, actividad comercial e industrial, las ciudades concentran el uso de energía y recursos y la generación de desperdicios al punto en que los sistemas tanto artificiales como naturales se sobrecargan y las capacidades para manejarlos se ven abrumadas. Esta situación es empeorada por el rápido crecimiento demográfico.
Los daños o costos ambientales resultantes ponen en peligro la futura productividad de las ciudades, la salud y calidad de vida de sus ciudadanos. Las ciudades se han vuelto las principales zonas rojas ambientales que requieren urgentemente de atención especial en las evaluaciones ambientales regionales y de proyecto y en la planificación y administración ambiental a escala regional metropolitana.
Los sistemas y servicios urbanos se congestionan cada vez más debido al crecimiento demográfico, comercial e industrial, junto con una mala administración urbana. Los recursos naturales vitales para el desarrollo económico de las ciudades y de futuras generaciones, se pierden o malgastan mediante políticas urbanas inapropiadas.
CONTAMINACIÓN DE LOS DESECHOS
Muchos impactos ambientales negativos del crecimiento de las ciudades se asocian con las condiciones antes descritas. Los mayores riesgos de salud en muchas ciudades de los países en desarrollo, aún se encuentran ligados al tradicional problema de eliminación de la excreta.
Sin duda, el principal contaminante que preocupa a las ciudades en los países en desarrollo es la excreta humana. Menos del 60 % de la población urbana en los países menos desarrollados tiene acceso a un saneamiento apropiado, y sólo un tercio está conectado a los sistemas de alcantarillado.
Al mismo tiempo, existe una creciente preocupación en torno a los riesgos que para la salud representa la modernización debido a los desechos y emisiones tóxicos, traumas (accidentes de tránsito y otros, muertes violentas), y el stress urbano. La escala espacial de estos impactos va desde el hogar hasta la comunidad entera, el área urbana y en algunos casos, las regiones más allá de la ciudad.
Los habitantes de las urbes, particularmente los pobres, soportan la mayoría de las condiciones del ambiente deteriorado mediante la pérdida de salud y productividad y la disminución de la calidad de vida.
Ñuñoa, Providencia, Las Condes rasguñan las nubes con los cientos de edificios que desplazaron a casas construidas en las décadas de los 50 y 60, que hacían de esas comunas lugares amables para vivir.
Por el sur las villas, poblaciones y condominios se aproximan vertiginosamente hacia el puente Maipo.
En San Bernardo ya existen proyectos para urbanizar sitios como sectores del cerro Chena y construir edificios en calle San José con camino Padre Hurtado, lo que significa una mayor concentración de habitantes en una comuna que está sobrepoblada, con los inconvenientes que representa.
Para continuar edificando es necesario tener en consideración algunos aspectos para evitar un colapso y el mayor deterioro del diario vivir.
EL PROCESO DE CRECIMIENTO
Las ciudades desempeñan un papel central en el proceso de desarrollo. Son, en general, lugares productivos que hacen un aporte y proporcionan al crecimiento económico de su nación. Sin embargo, el proceso de crecimiento urbano acarrea a menudo un deterioro de las condiciones ambientales circundantes. Como lugar de crecimiento demográfico, actividad comercial e industrial, las ciudades concentran el uso de energía y recursos y la generación de desperdicios al punto en que los sistemas tanto artificiales como naturales se sobrecargan y las capacidades para manejarlos se ven abrumadas. Esta situación es empeorada por el rápido crecimiento demográfico.
Los daños o costos ambientales resultantes ponen en peligro la futura productividad de las ciudades, la salud y calidad de vida de sus ciudadanos. Las ciudades se han vuelto las principales zonas rojas ambientales que requieren urgentemente de atención especial en las evaluaciones ambientales regionales y de proyecto y en la planificación y administración ambiental a escala regional metropolitana.
Los sistemas y servicios urbanos se congestionan cada vez más debido al crecimiento demográfico, comercial e industrial, junto con una mala administración urbana. Los recursos naturales vitales para el desarrollo económico de las ciudades y de futuras generaciones, se pierden o malgastan mediante políticas urbanas inapropiadas.
CONTAMINACIÓN DE LOS DESECHOS
Muchos impactos ambientales negativos del crecimiento de las ciudades se asocian con las condiciones antes descritas. Los mayores riesgos de salud en muchas ciudades de los países en desarrollo, aún se encuentran ligados al tradicional problema de eliminación de la excreta.
Sin duda, el principal contaminante que preocupa a las ciudades en los países en desarrollo es la excreta humana. Menos del 60 % de la población urbana en los países menos desarrollados tiene acceso a un saneamiento apropiado, y sólo un tercio está conectado a los sistemas de alcantarillado.
Al mismo tiempo, existe una creciente preocupación en torno a los riesgos que para la salud representa la modernización debido a los desechos y emisiones tóxicos, traumas (accidentes de tránsito y otros, muertes violentas), y el stress urbano. La escala espacial de estos impactos va desde el hogar hasta la comunidad entera, el área urbana y en algunos casos, las regiones más allá de la ciudad.
Los habitantes de las urbes, particularmente los pobres, soportan la mayoría de las condiciones del ambiente deteriorado mediante la pérdida de salud y productividad y la disminución de la calidad de vida.
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