por César Disi
Por motivos profesionales he tenido la suerte de visitar y fotografiar una vez más, la antigua y hermosa casona que se alza desde hace un siglo y medio, en la esquina de Covadonga con Alfonso XIII frente a la Estación de trenes. Villa que se constituye en la mejor conservada y habitada casona que le va quedando a nuestra ciudad.
Rodeada de centenarias palmeras y otros grandes árboles, es el último vestigio de la señorial vida de las familias pudientes de la capital que venían a pasar sus largos veraneos al quieto San Bernardo del 1900, los unos y a vivir derechamente las otras
Ya entonces el tren corría diariamente desde Santiago al Sur.
La Villa fue construida por los años 1860-70 para la familia de Don Carlos Riesco, sin embargo quién mayor permanencia tuvo en ella fue un ilustre vecino, Don Arturo Dagnino Oliveri, ingeniero agrónomo y político, que llegó a nuestro pueblo en 1911.
Era de origen italiano y había nacido en Valparaíso. Aquí formó familia con Doña Elena Besoaín López y ocupó varios cargos públicos y sociales.
Fue Regidor y Alcalde entre los años 1924 y 1932, fue el 2º Superintendente que tuvo nuestro Cuerpo de Bomberos, dirigió la Logia Victoria entre 1919 y 1921, concretó la primera población para los obreros de la nueva Maestranza, la llamada Balmaceda cuya calle central lleva su nombre y además fue electo senador por Colchagua en 1932.
La casona, habitada por sus nietas Elena y Cecilia conserva la totalidad del rico mobiliario y biblioteca que le pertenecieron, preservados y restaurados cuando ha sido necesario.
En cuánto a mi visita profesional, a pedido de ambas, realicé un registro fotográfico de cada rincón de la amplia casa, jardines y extraordinarios muebles en detalle.
DUDAS PATRIMONIALES.
Sin entrar a indagar en los motivos del encargo concretado, me viene a la mente una serie de interrogantes sobre el futuro de la propiedad.
¿Pasará con esta Villa lo mismo que con todas las grandes residencias que adornaban nuestra ciudad y que han desaparecido casi por completo?
Excepcionalmente se libró de la picota la casa patronal del Fundo Casas Viejas de Chena y su parque, al pasar a manos del Municipio para albergar hoy a la Casa de la Cultura, recientemente restaurada.
Lo mismo pasó, por fortuna, con la magnífica casona de dos plantas, en el centro de un bello parque, vecina a la Estación de Nos y que fuera de otra rama de la familia García de la Huerta. Recientemente restaurada por quién la adquirió, la Industria Molymet, que con mucha visión la compró para darle un uso institucional y al mismo tiempo de aporte patrimonial a San Bernardo. ¡¡ Bien por ello !!
¿Qué pasaría si la casona de nuestra historia, hipotéticamente fuera vendida, con o sin mobiliario, para ser demolida y levantar allí, algún servicentro, una bodega de frutos del país o de ropa americana? ¿ No andaríamos llorando los sambernardinos? como lo hicimos cuando fue echado a tierra el viejo castillo de calle Prat para convertirse por años en estacionamiento o la casa siempre azul de Urmeneta, donde ahora los ilusos apuestan a las patas de los pingos, cuándo hay carreras o a los dados en la puerta cuando está cerrado.
¿Llegará otra industria con visión patrimonial para evitar esta posibilidad incierta?
¿Aparecerá alguna entidad estatal o privada con suficientes recursos como para evitar esta catástrofe de pérdida patrimonial?
He aquí las interrogantes que me hago y que me permito lanzar a la luz pública.
Rodeada de centenarias palmeras y otros grandes árboles, es el último vestigio de la señorial vida de las familias pudientes de la capital que venían a pasar sus largos veraneos al quieto San Bernardo del 1900, los unos y a vivir derechamente las otras
Ya entonces el tren corría diariamente desde Santiago al Sur.
La Villa fue construida por los años 1860-70 para la familia de Don Carlos Riesco, sin embargo quién mayor permanencia tuvo en ella fue un ilustre vecino, Don Arturo Dagnino Oliveri, ingeniero agrónomo y político, que llegó a nuestro pueblo en 1911.
Era de origen italiano y había nacido en Valparaíso. Aquí formó familia con Doña Elena Besoaín López y ocupó varios cargos públicos y sociales.
Fue Regidor y Alcalde entre los años 1924 y 1932, fue el 2º Superintendente que tuvo nuestro Cuerpo de Bomberos, dirigió la Logia Victoria entre 1919 y 1921, concretó la primera población para los obreros de la nueva Maestranza, la llamada Balmaceda cuya calle central lleva su nombre y además fue electo senador por Colchagua en 1932.
La casona, habitada por sus nietas Elena y Cecilia conserva la totalidad del rico mobiliario y biblioteca que le pertenecieron, preservados y restaurados cuando ha sido necesario.
En cuánto a mi visita profesional, a pedido de ambas, realicé un registro fotográfico de cada rincón de la amplia casa, jardines y extraordinarios muebles en detalle.
DUDAS PATRIMONIALES.
Sin entrar a indagar en los motivos del encargo concretado, me viene a la mente una serie de interrogantes sobre el futuro de la propiedad.
¿Pasará con esta Villa lo mismo que con todas las grandes residencias que adornaban nuestra ciudad y que han desaparecido casi por completo?
Excepcionalmente se libró de la picota la casa patronal del Fundo Casas Viejas de Chena y su parque, al pasar a manos del Municipio para albergar hoy a la Casa de la Cultura, recientemente restaurada.
Lo mismo pasó, por fortuna, con la magnífica casona de dos plantas, en el centro de un bello parque, vecina a la Estación de Nos y que fuera de otra rama de la familia García de la Huerta. Recientemente restaurada por quién la adquirió, la Industria Molymet, que con mucha visión la compró para darle un uso institucional y al mismo tiempo de aporte patrimonial a San Bernardo. ¡¡ Bien por ello !!
¿Qué pasaría si la casona de nuestra historia, hipotéticamente fuera vendida, con o sin mobiliario, para ser demolida y levantar allí, algún servicentro, una bodega de frutos del país o de ropa americana? ¿ No andaríamos llorando los sambernardinos? como lo hicimos cuando fue echado a tierra el viejo castillo de calle Prat para convertirse por años en estacionamiento o la casa siempre azul de Urmeneta, donde ahora los ilusos apuestan a las patas de los pingos, cuándo hay carreras o a los dados en la puerta cuando está cerrado.
¿Llegará otra industria con visión patrimonial para evitar esta posibilidad incierta?
¿Aparecerá alguna entidad estatal o privada con suficientes recursos como para evitar esta catástrofe de pérdida patrimonial?
He aquí las interrogantes que me hago y que me permito lanzar a la luz pública.
6 comentarios:
ESPERO SINCERAMENTE QUE ESTA PROPIEDAD NO CAIGA BAJO LOS BULDOZERS YE QUEDE EN PIE RESTAURADA PARA ENRIQUECER LA MEMORIA DE SAN BERNARDO
Lamentablemente despues del terremoto 27.F esta casa tiene decreto de Demolicion
Lamentablemente despues del terremoto 27.F esta casa tiene decreto de Demolicion
Lamentablemente despues del terremoto 27.F esta casa tiene decreto de Demolicion
Lamentablemente, el año 2014, fue totalmente demolida borrando una vez mas el patrimonio de nuestras memorias, quizas todavia hay gente que no lo ha notado , yo me entere por un periodico de san bernardo (que no es de la municipalidad).
Buenas tardes hoy encontré este artículo sobre aquella vieja casona que sin duda era preciosa y una importante construcción, bien es sabido que está ya no existe por lo que quería preguntarte si quizás publicaste más fotos de esta casona en algún lado, sólo para poder conocer cómo fue aquella casa, las fotos de su interior o del jardín quizás, de verdad espero una respuesta me encantaría verlas si eso es posible gracias !
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